domingo, 12 de febrero de 2017

Nada nuevo bajo el sol



A pocas horas de la clausura de los dos congresos celebrados esta semana, #EspañaAdelante y #VistaAlegre2, no ha habido ninguna sorpresa destacable más allá de alguna anécdota como la ocurrida con la ponencia presentada en el 18 Congreso del Partido Popular, que con una abstención de casi el 80%, perdió la votación la propuesta presentada en cuanto a que fueran incompatibles los cargos en el gobierno y en el partido. Solo se contabilizaron 639 votos de 3.128 compromisarios y ganó por la mínima la opción del “Sí”. Así María Dolores de Cospedal es confirmada como Secretaria General del partido y sigue de ministra de Defensa. Eso sí, con un Martínez-Maillo que “sigue a la rueda” como responsable del día a día y difumina en parte el papel de Cospedal.
Muy diferente a lo ocurrido con la votación sobre la continuidad de Rajoy donde se contabilizaron 2.645 votos con un 96,95% de votos afirmativos: Mariano Rajoy es reelegido como presidente del Partido Popular.
En el congreso de Podemos, Pablo Iglesias se impone a Iñigo Errejón, tanto en las votaciones a la secretaría general como en las ideas políticas a desarrollar. Con unos resultados que se preveían dar sobre las 14:00 horas del domingo, la filtración de estos ha hecho adelantar la publicación de los mismos: 37 asientos para Iglesias versus 23 para Errejón.
En definitiva, España sigue anclada por un lado al inmovilismo de Rajoy, al no hacer nada nuevo y a dejar que las cosas vayan solas. Y por otra parte, las teorías que ganan en Podemos, nos devuelven atrás en el tiempo, a soluciones inexistentes que solo se pueden plantear desde la demagogia y el desconocimiento más absoluto de la realidad.
Ahora bien, con esto no trato de echar la culpa a otros, los verdaderos culpables o responsables de lo que está ocurriendo somos nosotros, los españoles, que acomodados en un aparente bienestar, estamos sembrando las semillas de un futuro incierto, de una sociedad paralizada, que no ve más allá de su ventana. Nos hemos polarizado entre lo malo conocido y la demagogia populista. ¡Tremendo!.

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